Disfruto la música como casi nada más en el mundo...Pero sólo si es en directo puedo llegar a amarla. Si me preguntasen en qué consiste un buen directo desde mi punto de vista, respondería que se da cuando, mediante la encarnizada interpretación de un personaje, y por muy teatral que pueda llegar a resultar, el artista expresa su faceta más HONESTA. La música en directo es pura honestidad y humanidad. Donde no sólo escuchas, sino observas: lágrimas, sudor, risas, esfuerzo, inseguridades y miedos. Es donde y cuando se manifiestan tanto la gloria, como los fantasmas del "titiritero" que te entretiene, cantándote sus historias de manera directa o indirecta, desde el escenario.
Hoy, como ejemplo (a seguir) de todo esto, nadie mejor que Annie Lennox y sus directos... De esos que al terminar, te dejan la maravillosa sensación de haberte elevado del suelo durante unos minutos. Es increíble como una pequeña mujer sentada al piano se come a toda esa gente desde los primeros segundos de canción, con la sinceridad y la confianza, como únicas armas. Únicas y SUFICIENTES.
"...Este es el libro que nunca leí
Estas son las palabras que nunca dije
Este es el sendero que nunca pisé
Estos son los sueños que soñaré mientras tanto
Este es el gozo que rara vez propago
Estas son las lágrimas...
Las lágrimas que derramamos
Este es el miedo
Este es el temor
Este es el contenido de mi cabeza
Y estos son los años pasados
Y esta es la manera en la que los represento
Y así es como me siento
¿Sabes como me siento?..."
sábado, 29 de enero de 2011
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1 comentario:
¡Que buena! En el directo es cuando el artista se revela tal y como es (si no, que se lo digan a Enrique Iglesias, juas).
Saludos!
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