For Sami

No es inusual para mi escuchar este tipo de canciones de vez en cuando gracias a algunos de mis compinches. Sin embargo, suenan mucho mejor cuando las canta nuestro querido amigo sueco, Sami, que ya tiene por costumbre visitarnos un par de semanas durante vacaciones de semana santa. Cuando las escucho me acuerdo de algo tan tonto como una auténtica odisea buscando aparcamiento en el coche de Vicente. Todos desesperados por bajar, y Sami en su mundo, entonando a la perfección por lo bajo cada una de ellas, mirando por la ventanilla con los ojos bien abiertos y curiosos, como un niño pequeño. Mientras los demás pensábamos "Miralo, qué bonico"... Y bueno, además de esto, tantísimos momentos de carcajada, de planes divertidos, fotos censurables, bailes indescriptibles y sobre todo, ¡de comilonas!. Es una persona que transmite calma y una ternura increible, y nos tiene a todos conquistados, y hoy lógicamente un poco tristones porque no hay ganas de despedirlo mañana... Pero bueno, el año que viene nos tendrá aquí esperándolo otra vez... ¡Si no nos presentamos nosotros antes en su casa de Estocolmo con un jamón en los brazos!