domingo, 23 de marzo de 2014

"El elemento molesto"

-Tú te lo habrás follado todo, ¿no?
-No…Yo soy un hombre de pareja.
-¿Por qué de pareja?
-Porque es la única manera de sobrevivir a este trabajo.

Este es un extracto de la entrevista que Risto hizo a Loquillo, en su nuevo programa, que me hizo musitar un “Menos mal...”. Bueno, en realidad hubo varios momentos en la entrevista que me hicieron aplaudir, pero este me llegó de manera especial. ¿Por qué?, porque me dio la sensación de que por fin, abiertamente, un hombre que se dedica a la música profesionalmente, que lleva prácticamente una vida en ese  mundo, además un Rockero de pro, de los de toda la vida, que aparentemente  reúne casi todos los clichés de la RocknRoll actitud, da un lugar más que digno a las mujeres, a las parejas, exparejas, compañeras, o como se les quiera denominar, de los músicos. Siempre he tenido la impresión –quizás por cosas que he vivido directamente-, de que, dentro del mundo Rockero, a esas mujeres se les ve como un elemento molesto. Como ése elemento que corta las alas del rebelde artista, que necesita máxima libertad y experimentar, para llevar a cabo su creación, blaaah, blaaah, blaaah... 

De hecho, la mayoría de músicos que conozco –aplastante mayoría-, una vez se embarcan en la aventura de enrolarse como profesionales, se marcan como requisito, no atarse a nada ni nadie, ser “Wild and Free”, tal y como decía, como si tener novia fuese algo que puede hacer peligrar su sueño de adolescencia, sin tener ni puta idea, de que si ese sueño peligra el menor de sus males será su novia, sino que, seguramente, una vez se enrolen, lo primero que comprobarán es que trabajar como músico, no será ese paraíso de bebida gratis, ropa cara, chalets enormes y Misses Universos dándose de hostias por meterse en manada en sus camas. Que trabajar y vivir de la música, como no te lo tomes como un trabajo, como no te organices seriamente, como no tengas claro por dónde y de qué manera vas a funcionar, y como no tengas suficiente personalidad y seguridad en ti mismo, igual se te va de las manos.

Primero, porque es un trabajo en equipo. Trabajarás con empresarios –promotores, sponsors…-  y compañeros, y en el mejor de los casos con una discográfica detrás, y si no te lo tomas en serio, a la larga terminarás siendo un lastre, tus compañeros tendrán que convertirse en tus niñeras, te cargarás tu imagen, tu salud, te convertirás en una parodia del Rocker de barrio con delirios de grandeza, y esto afectará a tu banda. Dejarán de contrataros – porque además bandas buenas y profesionales, hay a puñaos…- , y habrás perdido la oportunidad de tu vida, por subnormal.

Segundo, porque hasta que no llegues a ser ”grande” y a trabajar con “grandes”,  muy posiblemente tendrás más pérdidas que beneficios. Surgirán roces con esos que antes eran tus colegas, pero que ahora son tus compañeros de curro, que deberás sobrellevar. Las horas de carretera, a veces se te harán infinitas y si no te la quieres jugar –y no nos la quieres jugar a los demás-, más te vale no haber dormido dos horas, no tener una resaca infernal y mucho menos seguir de borrachera hasta una hora antes de arrancar…


 Y tercero, tu mejor amiga, tu verdadera novia, no será la música, ese será tu amor platónico, tu compañera real será la incertidumbre. ¿Por cuánto durará esto?, ¿Cómo va la venta de anticipadas?, ¿Por qué llevo medio día conduciendo para un concierto en la otra punta del país y el gerente de la sala no me coge el teléfono?, ¿La gente es tan amable conmigo porque soy un tío adorable o porque invito a copas?, ¿en qué momento he dejado de ser invisible, y he comenzado a ser interesante?, ¿llegaré a fin de mes?, etc… Ésa es la incertidumbre, compañera que si no tienes una mente fría, helada, te llevará a auténticos momentos de ansiedad que, en su mayoría, tendrás que resolver en soledad, silencio y, mientras estés en el ajo, con la mejor de tus sonrisas.

Sin embargo, poca gente  que yo conozca, se para a reflexionar sobre los contras, porque resulta infinitamente más atractivo pensar, que en un 90% todo es como en las biografías de las Estrellas del Rock.

Pero menos gente aún, se para a reflexionar sobre el papel que juega el elemento molesto, llamado novia, esposa, amiga con derecho a roce, o como se quiera llamar. “La Eva que le come la manzana y sobre todo la cabeza al pobre Adán, y le aleja del camino”…

Esa Eva, a menudo suele ser una mujer que asume el segundo o el tercer plano, o simplemente es invisible. Que sufre cuando su Adán se pasa 6 u 8 horas al volante. Que espera porque no sabe cuándo su éste va a poder dedicarle 10 minutos para hablar por teléfono, porque está ensayando, o por no saber cuándo va a poder irse de viaje con él, porque tiene agenda de conciertos, o por estar esperando a que llegue a casa el día después de un concierto, y no poder salir a dar una vuelta, porque se pasa todo el día durmiendo el cansancio y/o la resaca de la noche anterior. Que sufre sus delirios de grandeza a medida que va ganando fama, esos de lo que él ni siquiera se da cuenta, pero ella sí. Que escucha cuando el artista llega a casa cabreado porque el concierto ha sido un desastre, la taquilla ha ido como el culo, o porque ha discutido con alguien. Que se desvela cuando su amado le llama por teléfono a las 4 o las 5 de la madrugada,  después de un concierto, y ella se mantiene una hora con el móvil pegado a la oreja, tranquilizándole, animándole, haciéndole sentir que no está solo, aunque ella si lo esté, ¿por qué? Porque le quieeeeere y valora hablar con él, sin importar el medio, la hora o las copas que lleve encima.

Esa mujer, que es el tranquilizante, el anti-depresivo, el estimulante, la reanimación o el relajante muscular… la medicina necesaria, en el momento necesario.
Pues sí, este es el tan temido elemento molesto. En muchos momentos hasta para su propio admirado amado, aunque quizás abiertamente no lo reconozca… Y eso sí me suena verdaderamente triste.

Y éste es el motivo por el cual ése pequeño fragmento de la entrevista, ésa respuesta de Loquillo ante la pregunta de Risto, me emocionó profundamente. Otro en su situación, aun considerándose un hombre de pareja, nunca lo hubiese afirmado tan rotundamente, hubiese dado algún rodeo, chascarrillo o hubiese soltado una risilla pretenciosa para dar a entender que “sí, bueno… si yo te contara…”

Pero claro, el Loco es un tipo con clase, elegante, y tiene experiencia y veteranía a sus largas y anchas espaldas. Experiencia y veteranía que en ese mundillo y ese trabajo, supongo, te van dando más lucidez, a medida que avanzan los años y los vas sorteando con sus vaivenes y sus vertiginosas subidas y bajadas. Y quiero pensar, que al igual que a él, igual ocurrirá a muchos más. Conforme se vayan haciendo mayores, conforme se vayan tranquilizando y vayan mirando hacia atrás, de vez en cuando, si se toman la molestia de reflexionar. Imagino que algunos de ellos llegarán a los 50 y seguirán con sus mujeres, y quizás ya en ese punto de sus vidas, habrán aprendido a valorarlas. Otros, desgraciadamente, habrán dejado a ésa mujer o a varias detrás – o seguramente ellas les habrán dejado antes…-, y cuando lleguen a dicho punto de sus vidas, y aunque seguramente nunca tendrán valor para hacerlo, pensarán en ella o ellas, e interiormente lamentarán no haber estado a la altura de una verdadera “Estrella”, pero sobre todo no haber dicho nunca:"gracias".








I. G. M. (Como alguien me lo copie, después de lo que me ha costado, lo mato!)


3 comentarios:

David I dijo...

Me ha gustado mucho tu artículo (tanto que estoy planteándme seriamente robártelo y publicarlo en el Mondo Sonoro con mi nombre).

Loquillos a parte (nunca ha sido santo de mi devoción por motivos estrictamente musicales), creo que das en el clavo con el concepto "machotismo". No hay "palabro" para expresarlo mejor.

I.G.M. dijo...

Oh, gracias David! Me cuesta ponerme intensa, pero mola ver que por lo menos hay alguien que piensa que merece la pena leer semejante tochaco del infierno! jajaja... Y bueno, en cuanto a Loquillo, si soy sincera -y creo que es lo que intento últimamente a la hora de escribir...-, creo que simplemente me sirvió como pretexto para expresar y reivindicar algo que hace mucho vengo pensando y vengo sintiendo...Vamos, que me lo puso a huevo! jeje
Gracias por tus palabras, hacen ilusión :-)

Anónimo dijo...

Muy bien! ES MUY INTENSO.