domingo, 14 de septiembre de 2008

Mujeres: músicas y transgresoras

¡Hola!
En primer lugar, quiero agradecer a toda la gente que habeis dejado vuestro comentario en el blog, que lo hayáis hecho. Me alegro de que, por lo que veo, de momento os guste lo que aparece por aquí, y espero que siga siendo así :)
En segundo lugar, hoy voy a subir un trabajo que presenté tras acudir a un interesantísimo curso en la universidad de Alicante, este pasado mes de julio, que me entusiasmó mucho, la verdad.
¡Cuidaos!


MOVIDA(S) MUJERES: MÚSICA Y TRANSGRESIÓN EN LA TRANSICIÓN ESPAÑOLA


REFLEXIÓN PERSONAL SOBRE EL CURSO:

Desde el primer momento en el que vi la oferta de cursos de la Universidad de verano se fue mi atención a este. “Es el conjunto de feminismo, música e historia…justo las tres cosas que más me interesan a la hora de estudiar. ¡Parece que esté hecho para mí! Pensé.

He de decir que acerté por completo matriculándome y que me dio pena el hecho de que terminase. Lo cierto es que he disfrutado de cada ponencia y de cada debate, así como de cada video y cada fotografía. Y creo sinceramente, que ha sido un excelente trabajo el vuestro, a la hora de crearlo y conducirlo.

Han sido muchos los pensamientos que han ido pasando por mi cabeza durante estos cinco días que ha durado el curso, así como las reflexiones. Así que, aunque me cueste, voy a intentar ordenarlas de la mejor forma posible a la hora de plasmarlas aquí.

Empezaré confesando que, a pesar del estupendo trabajo realizado por cada ponente, la persona que más y mejor ha despejado las dudas y los enigmas que tenía sobre el tema de La Movida fue Ana Curra (Alaska y los Pegamoides, Parálisis Permanente, Seres Vacíos, Negros S.A...). A pesar del “desorden” que la acompañó, creo que no hay mejor forma de comprender qué fue la leyenda de La Movida madrileña, que verla
encarnada en una persona que la ha vivido directamente, y además de una manera tan entregada, sincera y convencida. Durante el tiempo que estuvo en el aula así lo reflejó, con su manera de expresarse, sus anécdotas y su propio aspecto. Consiguió trasladarme al Madrid más colorista y atrevido de los años 80. Creo que eso tiene mucho mérito y que ahí es donde refleja lo auténtica que puede llegar a ser como artista. Una actitud que a mucha gente pudo parecerle exagerada o caótica, a mí consiguió conmoverme.

Cambió mucho mi punto de vista sobre lo que conocía de La Movida (tanto respecto a las mujeres implicadas, como en general). Yo conocía en un principio los típicos cuatro o cinco grupos conocidos por la mayoría de gente (al menos la de mi quinta), que en la mayoría de ellos figuraba la famosa Alaska y Nacho Canut, alguna que otra película de Pedro Almodóvar… y poco más.

Como Ana dijo, para ella esa etapa de su vida fue una “clase magistral de vida”, y así lo mostró en todo momento.

Me hizo entender que La Movida no fue el famoseo, el producto comercial, ni el “petardeo” que ha transcendido hasta hoy, sino que fue un ejercicio de desarrollo de una máxima creatividad, y una lucha por conseguir la libertad de expresión y de individualidad, años atrás secuestradas en una España moribunda, sin el uso de ningún tipo de ideologías políticas, sino mediante la unión, el color, la música y la alegría. Así como un ejercicio de riesgo. Arriesgarse a la censura, a ser diferentes, a ser ellas y ellos mismos, y no lo que la sociedad esperaba.
Y para muchas, lo que aún es más fuerte, arriesgarse a ser mujeres, mujeres que rompen el prototipo de “mujer española” de antaño para crear el suyo propio, mujeres libres, felices, autosuficientes y eficientes en todos los terrenos, y también en la música.

Me llamó muchísimo la atención la manera en el que varió dicho estereotipo de “mujer española”, como pudimos ver en las respectivas ponencias de Eduardo Viñuela y Concha Collado. Esa evolución de la mujer tanto como persona, como artista.
El paso de la señora de férrea moral católica, dueña de su hogar (de sus respectivas tareas domésticas, claro…), y a su vez sierva y amante fiel de su dueño, y de la adolescente virginal, a la mujer libre para ser dueña de su propia vida, de su cuerpo, de su futuro y lo más importante de DERECHOS (aunque sean tan fundamentales…), a la muchacha dispuesta a expresarse y a vivir su sexualidad sin ningún tipo de represión ni sentimiento de culpa.
Como también ese paso de de las folclóricas de negra mantilla y rosario en su cuello, como viva imagen del régimen, de la sumisión y el conformismo, a las chicas de pelo cardado, medias rotas, imagen atrevida, muy maquilladas y llenas de color y de vida.
Impresionante la forma en la que evolucionamos de un extremo al otro, afortunadamente.

A raíz de la ponencia de Eduardo Viñuela he aprendido a profundizar todavía más en el lenguaje de la música, a mirar más allá y descifrar cosas en canciones aparentemente normales, y es algo que agradezco, ya que es una forma de agudizar el oído y a distinguir detalles que aunque la mayoría de las veces no nos damos cuenta, están ahí.

Como también es de agradecer la alta dosis de cultura musical que nos proporcionaron durante estos días expertos como Lucas Carbonell, Héctor Fouce y Patricia Godes.
Es mucho lo que hemos aprendido sobre muchos aspectos: la importancia de los programas televisivos, las tribus urbanas en la música, de las influencias importadas de la música y la estética inglesa y estadounidense, en las diferencias de estilos durante el franquismo y durante la Transición, en la diversidad de grupos, en las mujeres dentro de los grupos, y sobre la importancia de la falta de mujeres dentro de la industria, en la producción y la realización de música.

La mayoría de la gente encargada de la tarea de producción, realización y promoción, de la que nos han hablado, eran hombres. Salvo en el caso de Paloma Chamorro y pocas más, las mujeres siempre han estado en un segundo plano, en este ámbito. Creo muy necesaria la implicación más a fondo de la mujer en la industria musical, tanto en la de la época de La Movida, como en la actual. Las estructuras eran y siguen siendo originariamente masculinas. Tanto en la música como en el cine. Lo que el cine busca suscitar en el hombre siempre suele ser identificación con el personaje masculino, y si es femenino, deseo. Sea como sea, el placer visual casi siempre está destinado al hombre. Así lo vimos con el análisis de Santiago Fouz-Hernández.
Y vimos también el desafío a ciertos aspectos machistas del cine, por parte del particular método utilizado por Pedro Almodóvar, con una manera de destinar el cine a la mirada de la mujer y del hombre homosexual.

De mano de Germán Labrador y Silvia Bermúdez, entendimos la importancia social de la estética. De la imagen radical como reflejo de cambio y de libertad. Y también de la propia imagen como producto publicitario y marca identitaria, como en el caso de Alaska, que logró convertiste en un icono cultural que se mueve la mayoría del tiempo en un ámbito público.
En la estética se observa a una población deseosa de expresarse en libertad. Es donde mejor se ve la situación del sistema en un país. Es el conjunto de consecuencias que inciden de una forma directa en la vida de los individuos.

Por otra parte, pero sin perder la conexión con los temas anteriores, de las abogadas Mar Esquembre, Mª Ángeles Moraga y Concha Collado, me llevo el conocimiento de todos los derechos que nos pertenecen como personas y como mujeres, que he de reconocer que algunos los desconocía, las actividades que las mujeres promovían desde los partidos políticos, y las leyes que nos amparan, -al menos teóricamente-, como mujeres. ¿Y qué hay más importante a la hora de luchar por lo que nos merecemos y por lo que queremos, que conocer nuestros derechos? Creo que sus respectivas ponencias han servido ante todo, no sólo para darnos cuenta de lo que ya hemos conseguido (en parte…), sino para darnos cuenta de todo lo que todavía nos queda por delante, todo lo que nos queda por luchar y por conseguir en diferentes terrenos, mediante la educación, tanto en las escuelas como en casa, desde nuestros oficios, desde los medios de comunicación, desde el arte, etc.

Creo que lo más importante es la unión entre todas y mediante esto, cambiar poco a poco esta sociedad que siempre nos ha tenido olvidadas, y si no, al menos lo ha intentado.




MUJERES TRANSGRESORAS EN LA MÚSICA ACTUAL

Actualmente también contamos con mujeres, a mi juicio, auténticamente transgresoras. La gran mayoría de ellas las encuentro en el rock independiente.

Para mí de la música que escuchamos hoy por hoy, las más transgresoras del panorama musical serían Amy Winehouse, Peaches y Beth Ditto (cantante de “The Gossip”), y si retrocedemos un poco a los noventa, los grupos pertenecientes al movimiento Riot Grrrl, como “Bikini Kill” (como nos comentó Héctor Fouce), que tras disolverse, hoy encontramos a un par de ellas en el grupo “Le Tigre”, “Seven Year Bitch”, “Bratmobile”, “L7”, “The Slits”, etc.

Mujeres que provocaron un gran movimiento revolucionario feminista dentro del rock, con publicaciones independientes, discográficas independientes y ante todo estilos independientes. No tenían trato con la prensa, con lo cual no transcendió tanto como pudiese haberlo hecho.

Sin embargo si volvemos a la actualidad, encontramos modelos de mujeres como Amy Winehouse. Compositora y cantante que fusiona en sus discos, blues, reggae, jazz, pop, etc.. Desde mi punto de vista de una gran calidad, talento y originalidad. Sin embargo, por lo que más se le reconoce es por la polémica que desatan sus vicios, y por su imagen personal, con sus tatuajes inspirados en los de los marineros, su peinado exagerado y su estilismo y maquillaje no menos llamativos. Una imagen muy alejada del canon de cantante jovencita, de curvas perfectas, pelo prefecto, cara
perfecta y voz angelical.

Amy mantiene la típica actitud de “sexo, drogas y rock&roll”. Una actitud que siempre hemos sabido que existía, siempre ha habido músicos que han tomado drogas y que han bebido alcohol encima del escenario dando conciertos, sin embargo, ¿por qué nos llama tanto la atención cuando esta actitud se manifiesta en una mujer y no en un hombre?, ¿por qué si lo hace un rockero lo convierte en un rebelde o un bohemio y si lo hace una mujer se le tacha de lo peor posible?

En el caso de Beth Ditto, es casi lo mismo, una mujer con una voz espectacular, que se atreve a innovar, llevando la voz negra al punk.

Creó un gran revuelo con sus letras al hablar de comportamientos lésbicos, ya que a mucha gente le parecían demasiado “explícitas”. Esta misma polémica por los mensajes directos de contenido feminista y de liberación sexual femenina recayó sobre la rockera Peaches, también. Ditto, del mismo modo, dejó a mucha gente con la boca abierta al airear su actitud rebelde encima del escenario, saliendo muy ligera de ropa a pesar de sus cien kilos, demostrando que es feliz con su cuerpo y que no tiene ningún tipo de complejo, ni deseo de gustar a nadie más que a si misma.

Beth fue aplaudida por unos y duramente criticada por otros, sin embargo sigue moviéndose y mostrando sus curvas en cada concierto.

Con estos ejemplos podemos ver que aún hoy, las mujeres de la música siguen sufriendo el peso de los estereotipos, y siguen con muchas limitaciones a la hora de expresarse libremente. Pero afortunadamente, creo que cada vez aparecen más chicas cargadas de talento y de rebeldía, dispuestas a romper moldes y a demostrar lo que valen, por encima de las exigencias y la hipocresía de la industria.





Irene García Maciá


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Tu tambien eres transgresora tu tambien eres mucho mas y mejor de lo que cres.EL QUE HACE LO QUE AMA ESTA BENDITAMENTE CONDENADO AL EXITO. Sigue asi

omacia dijo...

Bien, bien... Irene, me alegro que de que emprendas esta (a veces bonita) experiencia que es escribir un blog (lo del fotolog también estaba bien, pero suele ser menos sesudo). No voy a dedicarme a opinar sobre la entrada porque no me pagan por polemizar y ya sabes que, con el mayor respeto del mundo, no estoy de acuerdo con el patron "transgresor" = "bueno". Sinembargo te dejo un reto y una labor por si quieres acercarte a mi perspectiva que es leerte 2 libros (en realidad 5). Uno es el ensayo "El Canon Occidental", de Harold Bloom y el otro es "El Mar de la Fertilidad" (novela en 4 partes de Yukio Mishima). Ahi esta todo lo que opino sobre la verdadera originalidad.