Hoy, con las calles prácticamente desiertas ahí fuera en estas últimas horas de Solecillo tenue, y esta sensación de calma y relax que supone el comienzo de las vacaciones (por fin), es momento de que comience el concierto. Momento de vaciar el cerebro y llenar un poquito más el alma.
(Para mí esta es una de las canciones más preciosas que se han escrito jamás. Cuando era muy muy muuuy pequeña, ya lloraba desconsolada cuando la escuchaba, incluso sin saber qué decía... Aconsejable también -aunque ya la conoce casi todo el mundo- la adaptación al Castellano de Víctor Manuel y cantada por Ana Belén, buenísima también)
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