miércoles, 28 de abril de 2010

Mi relación amor/odio con Kasabian

Hola.
Hoy he tenido un día "entretenido" entre mañana de clases y tarde de biblioteca. Así que no me hago responsable si lo que debería ser una opinión, se convierte en una vil barrabasada. El temario de "marketing para el ocio y el turismo" ha succionado gran parte de mis neuronas, y entre eso y el cansancio, puedo afirmar que a estas horas mi cerebro está SECO. Pero bueno, esto de escribir digamos que es de las pocas cosas relajantes y placenteras de mi rutina, así que voy al tema.

Hace años que conozco a la banda inglesa Kasabian. Viendo un canal de música "extraña" de la tele por cable, apareció de repente el videoclip de "Club Foot" y fue como un flechazo (sí, la gente suele tener flechazos con otra gente, yo los tengo con canciones) A partir de ahí empecé a tirar de discografía y llegaron a convertirse en los "niños mimados" de mi colección de cd's.

Sin embargo, de un tiempo hasta aquí el sentimiento que me despierta este grupo es un poco contradictorio... Sobre todo Tom Meighan, su vocalista. Cómo decirlo de forma sutil... ná, no estoy para sutilezas hoy, vamos, que yo creo que ultimamente este chico cuando se mira al espejo, se hace la ola. Que si tuviese aletas seria Flipper. O al menos eso da a entender con las perlitas que suelta en alguna que otra entrevista.

He aquí algunas de sus aportaciones:

El rock and roll ya no se entiende como debería. En los 60s y 70s tenías personajes como David Bowie o Marc Bolan, en los 80s incluso habían grupos malísimos que se convertían en estrellas. En los 90s se dio el Britpop Revival.

Especialmente en los tres o cuatro últimos años, el internet ha cobrado mucha fuerza y ha acabado con el mito de una estrella de rock… ya sabes, como cuando comprabas un disco sólo por lo importante que era el artista. Hay demasiada información en los blogs y ésta destruye el concepto. Ya nadie se interesa por una entrevista o por material inédito de una agrupación… es algo trágico. Ahora hay un sinfín de ‘estrellas de rock’ escribiendo sus propios y penosos blogs… y ese no es el espíritu del rock and roll… uno los lee y son basura virtual”.

Somos como una especie de banda de culto por esos lares (EEUU)… si no eres U2 o Coldplay es prácticamente imposible que suenes en la radio.
Sin ánimo de generalizar, los estadounidenses son de lo más ingenuos… ellos creen que son los primeros en todo, pero no es así. Musicalmente, están 30 años detrás de nosotros

Opino que este disco muestra lo perfectos que somos como grupo… lo perfectos que nos hemos vuelto"

Entiendo que él es totalmente libre de opinar lo que le venga en gana y por supuesto lo respeto... pero yo también soy libre de no estar para nada de acuerdo:

1. Me parece la cosa más tonta del mundo malgastar una entrevista criticando a otros artistas que prefieren mantener una relación más cercana con sus fans mediante redes sociales. Que se promocionen mediante señales de humo y que dejen a los demás hacerlo como les de la gana . El marujeo tampoco es la esencia de un rockero, es la de un comentarista de programa de corazón, querido.

2. Por supuesto, que nadie ose dedicarles un mínimo espacio de su blog o red social para darlos a conocer, por favor. Y ni se os ocurra visitar su myspace o web oficial, ni nada que requiera un teclado y una pantalla ¡Estaréis matando al Rock&Roll!

3. Si ya han alcanzado la perfección como grupo... Y la perfección es insuperable, ¿debemos entender que este es su último disco?...

Pero lo más curioso - y aquí es cuando me refiero a lo del amor/odio- es que a pesar de todo esto, Kasabian es y seguirá siendo de mis bandas favoritas, y el motivo principal de que hoy por hoy esté moviendo cielo y tierra para poder ir al FIB este verano. No sé realmente si todas estas declaraciones se deben a una mala interpretación de sus palabras, a una simple rabieta para llamar la atención, o a que realmente es un poco bocazas. Eso sí, después de ver como se las gasta cuando le da la vena, espero que cuando los vea en Benicàssim, Mr. Meighan coja el micrófono única y exlusivamente para cantar.


Irene G.M.



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