El despegue de Pereza...Por fin

Hoy vengo con un grupete polémico. Bueno, todo lo polémico que puede suponer que los poppies consideren su actitud demasiado rocker, y los rockers consideren sus melodías demasiado poppies.
Yo me considero una rockera de los pies a la cabeza, criada en el Rock&Roll desde la cuna, y efectivamente creo que ambas concepciones sobre Pereza son lógicas: sus melodías son muy poperas y su actitud muy macarra.

Los conocí cuando empezaron a darse a conocer. Una noche de agosto, dando un concierto gratis en la barraca del parking de la Universidad de Elche. Y fue La Locura... Un fiestón como pocos... Para nosotras, unas niñatas de diecialgo -en aquel momento- fue la ostia ver a aquellos dos colgaos de la vida sobre aquel escenario, fuera de sí, liándose sus petillas, pasando cerveza al público, Leiva y sus pajas mentales, Rubén y sus calvos (ejem...) A este le siguieron dos o tres conciertos más.

Recuerdo haberlos visto tocar en una carpa de Torrevieja, justo después de Reincidentes -os podéis imaginar la que se lió en aquel pequeño espacio...- Fue una experiencia genial, surrealista. Disfruté increíblemente los dos conciertos, cada uno en su estilo. En Reincidentes, obviamente hubo pogo y cerveza -aún me rio cuando recuerdo a mi amiga Masun aferrada a la barandilla confesándome temer por su vida, mientras al fondo de la carpa, los punkarras aguerridos se arreaban con las litronas de Amstel...- y en Pereza buen rollo, bailecillos guays, muchas risas y más cerveza. Y al becerrismo de los dos Perezosos se sumaba la efectividad y fiereza musical de Pitu y Rober Aracil -Ex 'Buenas Noches Rose', como Rubén-

Pero inevitablemente, llegó un momento en el que me aburrieron. Me parecía que no terminaban de despegar y no podían avanzar. Escuchar sus nuevos temas, era escuchar sus viejos temas...Todo olía a rebeldía quinceañera con mucho tufo a 40 Principales. Otros que molaban, pero sólo por la actitud de "hago lo que me sale del santo pie y sé que canto mal, pero soy valiente e intenso". Sin embargo en el aspecto musical, me parecían cada vez más accesibles y facilones, faltaba riesgo y sinceridad. Aunque reconozco que el disco recopilatorio-DVD de colaboraciones "Los amigos de los animales", fue una gran iniciativa e hicieron un buen trabajo (exceptuando a Cristina Rosenvinge cantando "Madrid"... casualmente de mis favoritas de este dúo. Con lo bonita que es esa canción, no quisiera ser cruel pero...¡valiente destrozo!)

Sin embargo, el otro día en un bareto escuché "Lady Madrid" de su último disco, Aviones. Y me llamó la atención, no me entusiasmó, pero me pareció entrañable. Así que hace un rato, al terminar de estudiar Marketing, me lo he escuchado enterito.
La verdad, entiendo que este disco haya sido tan criticado por el público que hasta hace poco aglutinaba Pereza en sus grandes conciertos. Si tenemos en cuenta que las dos últimas veces que los vi, mis amigos y yo estábamos totalmente rodeados por hordas de niñas, las más mayores, tendrían quince añitos, con las hormonas haciendo la ola. Daba un pelín de miedo. Por eso no me extraña que este público no disfrute tanto de Aviones.

Se trata de un trabajo más acústico y tranquilo. Mucho más currado en todos los sentidos, trabajado con mimo y mucho más intimo. Destiñendo oscuras y románticas pinceladas de Blues. La rebeldía quinceañera que decía antes, ha dejado paso a la madurez y a la elegancia, lo cual no está reñido con el macarrismo, que tanto me gusta a mí.
Por no decir, que ultimamente han vuelto a dejarse ver más por salas de conciertos y pequeños recintos, que por grandes eventos.

Como dije, para mí el Rock&Roll es un ejercicio de riesgo y sinceridad. Y ellos se han arriesgado a mostrar una faceta diferente a la que nos tenían acostumbrados, más auténtica y personal, incluso sabiendo que podía no ser aceptada ni entendida. Y por supuesto, han sacado adelante un disco que a mí, por una vez, tratándose de ellos, no me divierte simplemente, sino que me conmueve. Y me conmueve por su sinceridad. Enhorabuena por echarle valor y despegar por fin.


Irene G.M.